logo vanessa llopis

Vanessa Llopis Montava

Aumentar tu autoestima y desvalorización personal

Hoy tengo algo que contarte sobre tu autoestima y tu valor personal, eso que tan presente está por todas partes y que siempre has escuchado decir que si tienes un alto nivel, estás más cerca de la felicidad.

Pues bien, tu autoestima es el conjunto de lo que percibes, piensas, dices, sientes y haces, respecto a ti. En función del valor que le das a cada una de las partes y la totalidad de tu persona, en una escala de positivo a negativo, tienes como resultado un nivel alto o bajo de tu propia estima. Desde la infancia, tus experiencias vitales y tus relaciones con los demás y con tu entorno han ido construyendo esta valoración de ti mismo a lo largo de tu vida, y en tu caso si estás leyendo esto o mirando el vídeo es porque no logras darte ese alto valor que tanto te mereces.

En algún momento entró en ti la creencia errónea de que no vales o de que vales poco, y se ha quedado ahí dirigiendo el desarrollo de tu historia personal.

Sueles tener presentes pensamientos negativos, pesimistas y saboteadores en relación a tu cuerpo, tu forma de ser, tu carácter, tus capacidades y tus habilidades. Como consecuencia de estos pensamientos te invaden emociones y sentimientos que te llevan a sentir inseguridad, culpa, inferioridad, a ser autocrítico, autoexigente, complaciente con los demás y hostil ante las situaciones.

Sientes que tienes baja de autoestima, porque no eres capaz reconocer tus recursos y te cuesta ser consciente del potencial que tienes y de tu autenticidad.

Te encuentras en un círculo repetitivo del que te resulta muy complicado salir, y te das cuenta de que sentirte así no es constructivo en tu vida, pero sigues inmerso en ese bucle día tras día.

Sé cómo piensas y cómo te sientes, y conozco el diálogo interno que tienes contigo mismo:

  • Sientes insatisfacción, desmotivación y no disfrutas con lo que haces habitualmente.
  • Hay cualidades de ti y de tu cuerpo que no te agradan.
  • No te ves capaz de lograr lo que te propones.
  • Generas inseguridades y tienes dudas a la hora de tomar decisiones.
  • Percibes continuamente que los demás hablan de ti y te sientes aludido.
  • Tienes miedo a realizar acciones para no fallar o no fracasar.
  • No te atreves a hablar para que no te critiquen y te preocupa la opinión que tienen los demás sobre ti.
  • Tiendes a decir que sí cuando te piden algo y como no quieres quedar mal, estás antes para los demás que para ti mismo.
  • Buscas la aceptación en lo externo por encima de tu propia aceptación.
  • No logras alcanzar un elevado nivel de confianza en ti.
  • Magnificas enormemente tu errores y te fustigas por ellos.
  • No tienes energía para resolver los problemas y afrontar las adversidades, y te cuesta concentrarte.
  • Y cuando piensas en el futuro incierto, tiendes a ser catastrofista.

Por lo general tu visión sobre ti mismo y todo lo que te rodea es desfavorable, y esto te lleva a menudo a un estado de mal humor, de disgusto, de decepción, y te irritas fácilmente. Por eso es tan sencillo entrar en conflicto con las personas con las que interactúas, y en ocasiones pierdes el control.

Pero si hay algo que te caracteriza, es la disposición a la tristeza. Sientes que te encuentras continuamente en un bajo estado de ánimo, y te mantienes lejos del bienestar y de la sensación de plenitud.

¿Cuántas veces te has dicho que te gustas y que te quieres?. Es posible que no lo hayas hecho nunca y ya es el momento de empezar a hacerlo. Puedes aprender a aplicar cambios que te permitan comenzar a darte valor propio y a tener una buena autoestima.

El punto de partida para iniciar un cambio es la voluntad, así que para probar puedes realizar este ejercicio de valoración personal que te sugiero:

En primer lugar, evalúa y detecta qué pensamientos producen un concepto o imagen desfavorable de ti mismo, y escribe una lista. Elige tres de esos pensamientos, los que más te atormenten mentalmente y se manifiesten en tu día a día, cómo por ejemplo “No valgo porque no soy capaz de lograr lo que me propongo”, “Tengo dudas a la hora de tomar decisiones”, “Me preocupa la opinión que tienen los demás de mí”, “No me agrado físicamente”, y cuando lo hayas hecho identifica qué emociones afloran en ti al pensar en ellos.

En segundo lugar utiliza la herramienta de reestructurar los pensamientos elegidos basándote en un enfoque racional, es decir encuentra evidencias de que lo que piensas es real y no es sólo tu percepción, y al mismo tiempo dales un valor positivo.

Utilizando alguno de los ejemplos de frases de pensamientos anteriores cómo “No valgo porque no soy capaz de lograr lo que me propongo”, quizás es que te exiges mucho a ti mismo y no te das el tiempo o la preparación que requieres para tu logro, de modo que puedes reescribir la frase a “ Me valoro y soy capaz de lograr lo que me propongo, pero acepto que necesito más tiempo o más preparación”.

Ante el pensamiento “No me agrado físicamente”, seguro que tienes muchas cualidades magníficas pero predominan las que no te gustan. Escribe la frase de nuevo incluyendo todas esas cualidades que te hacen especial pero que te cuesta mucho reconocer, “Me agrado porque…..”, y las escribes todas.

O simplemente escribe alguna las situaciones en la que alguien habla y crees que se está refiriendo a ti y te sientes aludido, no tiendas a pensar que se trata de una crítica hacia ti ya que no tienes evidencias de que eso sea así mientras que la otra persona no te lo confirme. Sal de esa perspectiva y dale otro enfoque a ese pensamiento. Puedes escribir: “Cuando los demás hablan o me hablan a mí y me siento aludido o criticado, no tengo pruebas de que lo están haciendo realmente, así es que me siento en paz conmigo y con los demás”.

Cuando tengas modificados y escritos los tres pensamiento, léelos para ti todos los días durante una etapa de 21 días, que es el período de tiempo que se considera para la renovación. Al leer escúchate con atención plena y sintiendo la energía emocional que aparece en ti. Es recomendable hacerlo al inicio de la jornada.

Se trata de ir cambiando tu forma de pensar y tomar conciencia ante esos pensamientos persistentes a los que te has habituado, para que poco a poco vayan dejando de interferir en ti. A partir de ese momento serás más consciente de no retener en ti pensamientos destructivos que no te llevan a ningún lugar y que te conducen hacia un continuo desánimo y desequilibrio. Ir vaciándote de ideas y creencias inservibles, contribuye a que te sientas mejor y a vivir en una mayor armonía.

Espero que esta sugerencia te resulte beneficiosa, es tan solo una pequeña parte de mi acompañamiento en el proceso de cambio hacia tu bienestar personal.

He tenido el placer de acompañar a personas a transformar y trascender todo aquello que les impide ser quienes quieren ser.

Si consideras que puedo ayudarte a superar los obstáculos para aceptarte incondicionalmente, puedes contactar conmigo y hablamos.

Y si crees que este contenido o video le puede aportar algo a alguien, te agradezco que lo compartas.

Gracias por estar.

Contacta conmigo por Whatsapp o Email vanessallopismontava@gmail.com