Contacta conmigo por Whatsapp o Email vanessallopismontava@gmail.com
Entre todos los sentimientos que te impulsan a tu propia evolución personal, está el de la insatisfacción. Tiene la función natural de ayudarte a descubrir qué necesitas cambiar en ti o en las diferentes áreas de tu vida. Te motiva y te direcciona hacia las metas que te propones lograr, y te aporta energía para superar los obstáculos en el día a día.
Ésta es la denominada insatisfacción óptima o sana, que tiene lugar durante un breve período de tiempo hasta que eres consciente y te pones en acción modificando lo que precisas para tu desarrollo, para pasar a una nueva etapa y para dejar de estar insatisfecho/a.
El problema surge cuando la insatisfacción se vuelve crónica y entras en un profundo malestar y un continuo bajo estado de ánimo durante mucho tiempo. Buscas la manera de escapar de esa insatisfacción, pero no logras salir del círculo repetitivo en el que te encuentras.
Tu insatisfacción personal puede ser efecto de diversas causas que contribuyen a que sufras y que no estés en paz.
Te voy a hablar de algunas de esas causas:
Sueles tener una actitud desproporcionadamente autoexigente y muy perfeccionista, y también sientes la necesidad de tenerlo todo bajo control.
Cuando te propones a ti mismo/a una meta, te diriges a ella con altas expectativas, con mucho esfuerzo, presionándote enormemente y con un gran apego al resultado.
Viviendo con estas actitudes caes con facilidad en frustración, te criticas y te juzgas cuando no logras lo que deseas en el tiempo que te has marcado, y hasta te castigas por ello.
Como consecuencia de todo esto, estás inmerso/a en una angustia y padecimiento incesantes que no te permiten disfrutar y habitar tu vida en plenitud.
No eres capaz de pensar y vivir en el momento presente. Prefieres imaginar tu futuro idealizándote a ti y a la vida que deseas tener.
Te focalizas en situaciones que te gustaría vivir, pero no están en tu realidad y por tanto das valor a posibilidades que no son reales.
Mientras, tu vida va pasando sin sentirla ni gozar de ella porque pones más atención a lo que quieres que sea y te resistes a aceptar lo que ya es.
Igualmente miras al pasado con lamento y con culpa por errores cometidos o decisiones equivocadas, sin ser consciente del aprendizaje en base a esos errores y equivocaciones, y sigues atormentándote con pensamientos que refuerzan tu malestar y aumentan tu insatisfacción.
Sientes un gran vacío interno, nada te llena, te ahoga la sensación de que te falta algo en la vida y no encuentras el qué.
Te orientas hacia lo externo con un consumismo persistente para saciar la compulsión de tener más de lo que tienes, y cuando alcanzas lo que deseas con la esperanza de sentirte bien, te das cuenta de que no es así y continúas con ese sentimiento de disgusto y descontento.
Tiendes a compararte con los demás en una búsqueda interminable para encontrar en ellos la inspiración de lo que todavía no has encontrado en ti.
Estás cansado/a de tu vida o tu rutina, no te sientes realizado/a, no sabes qué dirección vital elegir o no le encuentras sentido a tu existencia.
Empiezas a sentir en lo más profundo de tu ser que has de finalizar un ciclo e iniciar otro. Sin embargo, no te atreves a realizar un cambio por inseguridad y miedo ante la incertidumbre que conlleva, o porque te lo impide la famosa zona de confort.
El miedo o la comodidad son mayores que la insatisfacción y optas por quedarte en un bucle de repetición sin poder salir de lo que es conocido para ti.
Y ahí estás, con la sensación de vivir en automático sin ser coherente porque piensas, sientes y actúas de formas distintas, deseando equilibrar todo esto pero te resulta imposible llegar a lograrlo.
Por mi propia experiencia con un gran sentimiento de insatisfacción vital que ya trascendí, y por la experiencia de las personas a las que acompaño en sus procesos de cambio personal, sé muy bien en qué situación te encuentras. Así es que te aporto algunas sugerencias para que puedas clarificar la causa de tu malestar y detectes qué precisas modificar para impulsar la solución a tu problema de insatisfacción.
Como paso inicial para progresar, te invito a que realices una tarea de introspección y reconocimiento:
Dedícate tiempo y atención a ti mismo/a porque es fundamental escucharte internamente y entenderte bien con el propósito de identificar “para qué” estás insatisfecho/a, qué precisas cambiar en ti o en tu vida. Encuentra todos los días un pequeño espacio de tiempo para estar tú contigo. Se consciente de qué te está haciendo daño para poder avanzar.
Así mismo, es muy importante que evalúes qué está en tus manos cambiar y qué no en este momento.
Hay contextos y acontecimientos que no puedes cambiar ya, pero sí que es posible transformar tu actitud modificando cómo percibes esos contextos y acontecimientos, y cómo piensas y te sientes respecto a ellos.
En primer lugar, puedes empezar por ir aplicando racionalidad a los pensamientos que te llevan a estar insatisfecho/a, de este modo puedes cambiar tu perspectiva para verlo todo desde otro lugar e ir eliminando ideas irracionales o distorsionadas. Darle un enfoque lógico a lo que piensas contribuye a minimizar la autoexigencia, el perfeccionismo, la presión ante las expectativas, la culpa por los “fracasos” y el juicio contigo mismo/a, entre otras cosas.
Revisa tu diálogo interno y encuentra las afirmaciones repetitivas que te dices a ti, o a los demás respecto a ti, de exigencia, obligación, necesidad de…, y las catastrofistas y absolutas (de siempre o nunca), cómo por ejemplo “Debería…”, “Tengo qué…”, “Estoy obligado a…”, “Es necesario para mí que…”. Cuando las tengas identificadas, aplicando la técnica de persuasión verbal, sustituye las afirmaciones por otras no imperativas ni exigentes, cómo “Me gustaría…”, “No me gustaría que…”, “Quisiera…”, “Preferiría…”.
Intenta tener presente esto y aplícalo todo lo que puedas , porque de esta forma haces consciente la irracionalidad de tus pensamientos y empiezas a darle otro enfoque para que no te perjudique tanto tu forma de pensar.
En segundo lugar, puedes atender a tus sentimientos y aprender a gestionarte emocionalmente, ya que te ayuda a disminuir la energía emocional de miedo, falta de autoaceptación, inseguridad, frustración y también te ayuda a generar confianza en ti.
Puedes probar con este ejercicio:
Cierra los ojos en un lugar tranquilo y en silencio, y durante un rato piensa cómo deseas sentirte con el objetivo de bienestar que quieres lograr. No pienses en el objetivo, si no en el sentimiento que te despierta ese hecho y atrae emociones positivas de alegría, ilusión, entusiasmo, tranquilidad, paz, equilibrio…. Siente cómo traes al ahora emociones y sentimientos que anhelas pero que todavía no están en ti. Esto es efectivo si lo realizas todos los días.
Ante lo que no puedes cambiar en el momento presente, se honesto/a contigo mismo dándole valor y aceptación a “lo que ya es” mientras te diriges hacia “lo que quieres que sea”. No te resistas, sólo puedes cambiar lo que reconoces y aceptas para dirigirte hacia el futuro que te gustaría vivir.
La aceptación es una herramienta muy potente para iniciar procesos de cambio.
Establece una meta que te llene y que te ilusione lograr, y ponte en acción trabajando para conseguirla de forma activa, enérgica y perseverante.
En esencia, trata de intentar prosperar en el entorno en el que te encuentras actualmente, aunque no sea el idóneo para ti, y al mismo tiempo ocúpate de encontrar un entorno más adecuado y agradable.
Espero que el aporte de este contenido haya sido interesante para ti.
Si te has sentido identificado/a y consideras que es posible ayudarte a salir de tu estado de insatisfacción y a conectar con tu bienestar, puedes contactar conmigo y hablamos.
Gracias por estar.
Contacta conmigo por Whatsapp o Email vanessallopismontava@gmail.com
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.