Autoestima y valor personal.
Lo más importante para empezar a darte toda la importancia del mundo a ti, es que aumentes tu propia estima y que te des el valor que te mereces en lugar de invertir tanto valor en otras personas.
Si sientes que la carga que llevas sobre ti con tus problemas, con tus preocupaciones y con las situaciones que vives te sobrepasa, ¿Cómo vas a resolverle la vida a otro?, date el permiso de decir “no” y céntrate en ti, aunque creas que piensan que eres egoísta.
El egoísmo tiene una connotación negativa que se le ha otorgado siempre, pero realmente la palabra ego en su origen proviene del latín y significa “yo” y el sufijo ismo también es una actitud o cualidad, por tanto, se puede decir que si eres egoísta eres y estás tú sobre todas las cosas.
Existe una obligación moral porque nos han querido enseñar a lo largo de la historia que debemos servir a los demás, y por supuesto una de tus funciones en la vida es ayudar a tu familia (pareja, padres, hijos, hermanos), a tus amigos, a las personas de tu entorno laboral, a todos los de tu alrededor y a la sociedad en general, pero desde luego sin entregarte por completo a ellos olvidándote de ti. Entender al otro no es ponerse en su lugar viviendo su proceso, es respetarlo y ser compasivo con él.
Puedes tener muy presente el siguiente decreto: “Soy la persona de mi vida además de ser la tuya, vivo también para ti sin dejar de ser yo”.
Quiérete y valórate todos los días, para desde tu fortaleza interna acompañar a aquellos que lo necesiten. Cuanto más te consideras a ti, más en consideración tienes a los demás.